Boda de Alex y Silvia: más RustiChic, ¡imposible!
¡Ya está aquí! La boda de Alex y Silvia se ha hecho esperar en el blog, pero al fin podemos motrárosla. La razón, ¡teníamos tantas fotos para elegir que no nos decidíamos! Es lo que ocurre cuando una boda está tan bien organizada, con tanto mimo y detalle como ésta.
La decoración, el estilo, los detalles y todo el ambiente de este enlace, creado mano a mano por los organizadores de la masía Mas Bonvilar, donde tuvo lugar, y del catering 21 De Marzo, estuvo totalmente marcada por la tendencia RustiChic, ese estilo entre lo rústico y lo moderno que esta temporada ha copado las revistas de decoración, los blogs y foros de bodas y las redes sociales.
Como es habitual, el reportaje fotográfico lo comenzamos con los novios, mientras se vestían y ultimaban los últimos detalles de su atuendo en sus respectivas habitaciones del Hotel La Mola, que alberga la Masía.
Acorde con todo el estilo elegido para su gran día, Silvia, la flamante novia, escogió un vestido coqueto y sencillo, marcado por los volúmenes, las gasas y los pliegues, que flotó como las nubes durante todo el día para disfrute de nuestras cámaras y que, además, como veréis luego, venía con sorpresa.
Alex, por su parte, elegantísimo, escogió un precioso chaqué, al que no le faltaron ni los tirantes, acorde con el toque glamouroso del gran día, pero sin dejar de lado los detalles modernos, con un chaleco plateado y una corbata turquesa, que se adecuaba inigualablemente al estilo de este evento tan especial.
Llegar a Mas Bonvilar fue un auténtico disfrute para nuestros objetivos. Son tantísimos los detalles únicos y originales que nos encontramos… Botellas de cristal transparentes convertidas en jarrones de flores silvestres, mesas y sillas puramente de jardín en varios colores y combinadas de maravilla, regaderas como maceteros por todas partes, incluso colgadas, maletas vintage, una puerta antigua reconvertida a perfecto portador del sitting de los invitados… y ¡hasta una devencijada mecedora quedó maravillosa engalanada con flores! ¡Impresionante!
Si hasta la novia llegó en un auténtico carrito de golf... Y el altar fue hecho a base depalets… Y los anillos llegaron en carretilla portados por un pequeño y precioso paje al que no le faltaban ni gorrito ni tirantes…
Con estos mimbres era imposible que no saliera una boda perfecta. Con una ceremonia llena deemotividad y de originalidad a partes iguales.
Atención al curioso ritual llevado a cabo por los novios, llenando juntos un reloj de arena, como símbolo del tiempo infinito que comenzaba para los dos aquella tarde. (Prometemos contarlo con detalle pronto en otro post )
Y al término de la ceremonia, conffeti en forma de corazón y arroz para desear a la pareja amor y prosperidad… ¿Podía ser más perfecto? Pues sí, podía y lo fue, así que seguid leyendo…
Porque de la ceremonia pasamos al banquete… Y más detalles nos llenaron los ojos y las cámaras. Un árbol de deseos formado por cuerdas de tender y papeles de colores colgados en ellas con pinzas. ¿Puede haber una idea más simple y más bonita al mismo tiempo?
Y el plato fuerte… Nunca mejor dicho… ¡Un GastroBar! Sí, como lo leen. El catering 21 de Marzo montó un banquete-espectáculo totalmente impresionante. Con una barra y cocineros que preparaban los platos directamente en el jardín para novios e invitados, convirtiendo la comida en algo más que en una comida… ¡En un auténtico cooking-show!
¿Y qué nos decís del Photocall? Sí, como lo véis, mejor identificado no podía estar: ” P h o t o c a l l “ podía leerse claramente letra a letra en unas hojas de papel reciclado que parecían recién arrancadas de un cuaderno y que pendían, junto a diferentes marcos para fotos (pues para fotos eran, ¿no?) de un tendero que jugaba con la improvisación bien medida (como se hacen las grandes improvisaciones).
Era imposible no sacar fotos magníficas en este detalle montado por 21 de Marzo…
Y para cerrar un día increíble, por si faltaba algo, llega la novia y ¡se nos queda en minifalda!Sorprendía así a todos los asistentes con un baile coreográfico junto a su ya marido que puso el punto de partida (jamás el de final) a una historia de amor que al igual que la noche, como anunciaron los globos lanzados al viento, solo estaba comenzando…
Porque a fin de cuentas y tras todo lo que os hemos contado de este precioso día, lo que vale y lo que no se va a olvidar jamás son las sonrisas de novios e invitados, que nunca podrán borrar de su memoria un día en el que todos lo pasaron en grande. ¡Incluídos nosotros!
¡Felicidades pareja!