Ester, Sergio & Co.: cuando la unión es un hecho, la boda es una fiesta de celebración
Hay bodas románticas, bodas divertidas, bodas emotivas... La mayoría son el comienzo de algo: de una vida en común, de una ilusión... Y luego hay bodas como la de Ester y Sergio, de esas en las que te das cuenta que más que el comienzo, es la celebración de la continuidad, la fiesta en honor a algo que es tan fuerte y está tan consolidado que la boda resulta tan solo la confirmación de un hecho consumado y precioso. Un trámite que no deja de ser precioso y maravilloso, más incluso que muchos otros, pues la seguridad en sí mismos y en su vida en común que tanto la pareja como todos los asistentes reflejan, hacen que tanto la ceremonia como la celebración se viva de otro modo. Con menos nervios quizás. Con más emoción si cabe.
Y si no que se lo pregunten a la hija de Ester, que fue sin duda una de las que vivió con mayor intensidad el precioso enlace de su mamá con Sergio. Solo bastaba verles juntos a los tres para descubrir la magnífica complicidad, cariño, ternura y unión que desprenden allá donde van. No en vano, con su originalísimo cartel anunciador de "Ya viene la novia" avanzando camino al altar, la sonrisa de la pequeña dejaba claro que ésta es una preciosa historia de tres.
No os perdáis las fotos tan tiernas que conseguimos tanto entre madre e hija, mientras les daban los último retoques para el gran momento en el Hotel Vela, de Barcelona, como de los tres abrazándose con las lágrimas de emoción de la niña ya frente al altar de Mas Llombart, donde se celebró la ceremonia civil y el posterior banquete.
Sin embargo tampoco faltaron las fotos de diversión y desenfado que tan bien caracterizan a esta pareja moderna y urbanita, amante de las motos y llena de vitalidad. Sergio sobre su Trumph demostrando cual es su pasión. Ester mostrando que no es una mujer al uso, enseñando los espectaculares tacones rojos que eligió para complementar su impresionante vestido de novia, de estilo boho, que resaltaba su estilizadísima figura a la perfección.
Tras la emotiva ceremonia civil llegó la hora de la comida, tan deliciosa y desenfadada como los propios novios: exquisito marisco, impresionante paella... Y no faltó el vino, ¡ni por supuesto la tarta!
Y para cerrar un día único, la expresión vertical de un sentimiento horizontal, tan solo apta para expertos verdaderamente enamorados: ¡un tango! Así de impresionados nos dejaron Ester y Sergio. Esperamos que las fotos logren con vosotros el mismo efecto y, sobre todo, que los novios sigan siendo (porque ya lo son) muy muy felices para siempre. ;)
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Comentarios
Fue un día muy especial,las fotos espectaculares os quiero!!!!!