La Gran Boda Griega de Antonio y Amelia
Cuando uno escucha o lee que se ha celebrado una "boda griega" seguro que piensa en la popular película de John Corbett y Nia Vardalos, con sus peculiaridades y locuras. Sin embargo, la boda de Antonio y Amalia que tuvimos la suerte de retratar el pasado 16 de julio solo tuvo en común con la de 'My Big Fat Greek Wedding' el tradicional ritual Ortodoxo de la ceremonia.
Muy lejos de la protagonista de la comedia norteamericana, nuestra particular novia protagonista, Amalia, destaca por ser un auténtico bellezón griego de enormes ojos azules, piel de porcelana y sedoso cabello largo y rubio. Un auténtico lujo para nuestras cámaras, que no pudieron sino deborarla en flashes.
Mientras, nuestro guapísimo novio, Antonio, poco o nada tenía que envidiar al holliwoodiense Corbett, con un porte absolutamente encantador y cuyo traje, de estilo moderno y cosmopolita, hacía resaltar aún más su percha de galán.
La ceremonia, celebrada al aire libre en el espectacular Convent De Blanes, fue una auténtica maravilla. El espacio, perfectamente decorado con flores y tuls, resultó el escenario perfecto para el rito tradicional de la Iglesia Griega Ortodoxa, en el que el novio y la novia, entre otros muchos ritos llenos de simbolismo, son ataviados con sendas coronas, unidas entre sí por un cordel (en este caso se trataba de una preciosa cinta labrada), por el padre y conducidos por estos alrededor del altar, como símbolo de los primeros pasos en su matrimonio.
Para nosotros, los espectadores que asistíamos por primera vez a una ceremonia de estas características, fue un auténtico espectáculo lleno de emotividad, tradición, significado y amor, que sin duda reflejó a la perfección el lazo tan bonito que ya existía entre Antonio y Amelia y que se confirmaba de este modo para hacerse aún más fuerte.
Tras la boda al aire libre, los novios e invitados disfrutaron de un espectacular banquete y fin de fiestas en el interior del histórico y magestuoso Convent De Blanes. Eso sí, no sin que los novios nos permitieran antes pasear con ellos por los alrededores y tomarles algunas fotografías en este maravillo entorno rodeado de mar.
Os aseguramos que ha sido una experiencia inolvidable y una boda de esas que se nos quedan grabadas, no solo en las tarjetas de las cámaras, sino también en la retina por lo especial y única que resultó. Esperamos que las fotos logren trasmitir todos esos maravillosos sentimientos que inundaron aquella tarde el Convent y, sobre todo, que Antonio y Amalia sean muy felices para siempre.
¡Felicidades Pareja!
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Comentarios
Simplemente una boda espectacular, presenciar la unión de dos grandes personas y amigos. GRACIAS!!!
Sergio Ruiz
Preciosas imágenes de una pareja muy especial, felicidades !