Los invitados de tu boda: ¿cómo elegir?
El nuevo año ya está en marcha y llega la hora de la cuenta atrás para tu boda: preparativos, decoraciones, lista de bodas y, por supuesto, terminar la lista de invitados.
Este punto suele resultar uno de los más estresantes para los novios. ¿Cuánta gente vamos a invitar? ¿Cuánto nos va a salir? ¿Cómo seleccionamos a quién invitar y a quién no?
Aquí van algunos consejos para que este trance os resulte menos engorroso:
Primer paso: lista de imprescindibles. Hacen entre los dos un listado en el que incluyáis a las personas que no pueden faltar desde vuestro punto de vista. Hablamos de los familiares (no tienen por qué ser todo, simplemente los más queridos), los amigos más íntimos, los compañeros de trabajo con los que tenemos una relación especial…
Segundo paso: presupuesto. Una vez realizada esta primera lista solo con los imprescindibles, haced un cálculo de cuánto os va a costar el convite solo con este número. Si llegados a este punto el coste coincide con vuestro máximo de presupuesto, no os liéis: esos serán vuestros invitados. Una boda íntima siempre es muy acogedora. Pero, si aún sobra dinero del presupuesto que habíais calculado para el convite, podéis pasar al paso tres.
Tercer paso: ¿Cuántos más puedes invitar? Con la diferencia entre el coste de los imprescindibles y tu presupuesto máximo calcula a cuantos invitados más podrías tener en tu boda. Lo ideal en este punto es que os repartáis los sitios libres entre ambos y que cada uno elabore la lista de los invitados extra que sumaréis a la lista.
Cuarto paso: ¡Sin presiones! Uno de los escollos más difíciles de superar en la elaboración de la lista de invitado son las presiones de los padres para incluir en la lista a sus propios invitados. Bien es cierto que muchas veces los padres de los novios corren con parte de los gastos de la boda, caso en el cual deberían tener derecho a invitar a unos cuantas personasque deseen tener cerca. Sin embargo, no olvidéis nunca que es vuestra boda y que las personas importantes son las que vosotros queréis tener cerca. Que los compromisos no resten espacio a vuestra lista de imprescindibles.
Finalmente, no os olvidéis que el día de vuestra boda debe ser un día de felicidad, diversión y sonrisas. No caigáis en la tentación de invitar por compromiso a personas que, por lo que fuese, pudieran amargaros la fiesta. Y, sobre todo, si alguien se ofende por no ser invitado, probablemente es que no debía estarlo.
¡¡Y disfrutad!!