Un “sí quiero” rodeado de encinas y robles
No pudo ser más espectacular la ceremonia de Esther y Luca. Afortunados nos sentimos por poder acompañarles aquel 2 de septiembre, en un escenario único, la Masía Vilasendra, que lucía texturas deslumbrantes introduciendo lo moderno a lo rústico y lo rústico a lo moderno, custodiado por olivares, robles y encinas que marcan el clima mediterráneo de Oristá.
Ella apostó por un “doble look” con zapato blanco con pedrería posterior. Un vestido doble falda extraíble, marcado por sus motivos florales, hilo bordado y escote corazón. Tras la ceremonia nuestra novia apostó por enfatizar su figura con un corte tipo sirena y espalda descubierta que deslumbraba elegancia y sensualidad. Él apostó por una línea clásica, italiana, con traje negro y una reluciente corbata gris con brillante alfiler.
Con estos ingredientes y con un Volkswagen Escarabajo como testigo era imposible dejar de pensar en una ceremonia única, irrepetible. Los sabores y colores rústicos propios de la tierra, el vino y las viñas que tanto caracterizan a la Masía Vilasendra quedaron reforzados con un espectacular buffet de quesos y fresones de temporada, que están sólo al alcance del buen hacer de Eva Pons, directora de este exclusivo espacio.
La boda civil, como ya comentamos, se celebró bajo un entorno natural, lleno de aire fresco y con impresionantes vistas al Lluçanès. La Masía mantiene la esencia de su construcción original, que data en 1670, valores respetados tras su restauración hace nueve años. No es para menos, ya que forma parte de una comarca rica en arte románico.
Un arte que pusieron los novios llegada la noche, con un baile al son de la luna, en un enclave idílico, con una melodía que absorbía a los invitados impregnados de la paz con la que también nos premiaba la Masía. ¡Gracias por dejarnos compartir este momento!